lunes, 13 de octubre de 2008

OPIÁCEOS


OPIÁCEOS
Las drogas más conocidas…., las más condenadas por la Sociedad. La heroína, la reina negra. La
heroína, que en su día (ingenuos) fue considerada el medicamento que podía curar a los morfinómanos,los adictos a la morfina (droga bautizada así en referencia al dios Morfeo, el del sueño). La heroína, queha matado a una generación de jóvenes. La heroína, que convierte a un joven con futuro en un yonqui, esdecir, en basura, en la escoria de la marginación.
Las endomorfinas son sustancias químicas naturales presentes en nuestros cerebros y que tienen que ver con los mecanismos cerebrales del placer y de la disminución del dolor. Como resulta que laNaturaleza es relativamente ahorradora en cuanto al diseño de nuevas moléculas para interpretar el lenguaje de la vida, esta sustancia se puede encontrar también en los campos, y esa planta, la adormidera, la amapola, que no deja de ser bonita, contiene esa sustancia que extraída, trabajada,exportada, vendida y consumida se puede convertir en el mayor veneno que se pueda imaginar. ¿Por qué el mayor veneno? Porque es el mejor anestésico que puede eliminar el dolor físico pero… sobre todo el dolor moral. La heroína Y todos los demás opiáceos pueden producir este increíble efecto que es la desaparición del dolor moral. Por dolor moral se debe entender algo así como lo que algunos filósofos denominarme “angustia existencial” refiriéndose a la percepción y concepto de la muerte. La conciencia de la muerte inminente. Livingstone, aquel famoso explorador inglés del África negra, en una ocasión fueatacado y herido por un león. Milagrosamente pudo sobrevivir. Luego explicó en sus memorias que, en aquella situación tremenda, no sufrió ni dolor físico ni tuvo miedo a la muerte. Concluyó que algún mecanismo natural posibilitaba que el animal depredado que sucumbía ante el depredador le evitara el
sufrimiento. Hoy sabemos que ése mecanismo tiene que ver con la liberación de las endorfinas. Cuando un medio administra morfina a un enfermo de cáncer terminal, no sólo le está aliviando el dolor físico, si no también el dolor moral ante la angustia de la muerte próxima.
Este es el potente y necesario efecto de los opiáceos, que si están en la Naturaleza es por algo. Ahora bien, ¿Qué ocurre si alguien comienza a meterse (por cualquier vía posible: intravenosa, oral, esnifada, intramuscular y, ya ahora, a través de parches cutáneos que permiten una absorción a través de la piel) algún derivado opiáceo por su propia cuenta? Que efectivamente se anestesian, tanto física como moralmente. Un adicto a opiáceos puede llegar a la máxima degradación moral sin que eso le haga sufrir.
Puede prostituirse, puede venderse de cualquier manera, puede ver como sufren sus familiares, puede
ver que se está destruyendo… y todo eso no le afecta si está bajo el efecto de un opiáceo. Cuando el
efecto de la dosis desaparece y vuelve el dolor moral la necesidad de buscar la siguiente dosis se
convierte en algo tan imperativo que se haría cualquier cosa, cualquiera, para conseguirla. Cuanto más
sufrimiento, más necesidad de droga. ¡Y a estos la Sociedad los considera viciosos!
Aunque los heroinómanos son los que más cruelmente sufren las consecuencias de esta adicción aguda (rápida) y grave, hay otros opiáceos en el mercado cuyas consecuencias siguen ocultas.
En primer lugar debemos mencionar a la Metadona. La Metadona es un opiáceo sintético (fabricado industrialmente) que se toma por vía oral y cuyo efecto dura 24 horas. Evita la aparición del síndrome de
abstinencia de los heroinómanos. Significa sustituir un opiáceo de acción corta y placentera (la heroína)
por otro de acción larga y carente de placer. Por eso los que están siguiendo los Programas de
mantenimiento con Metadona, suelen buscar el efecto placentero usando otras drogas que sí les
coloquen. Mantener a alguien bajo el efecto de una droga es muy distinto que curarlo. Con la Metadona se rebaja la delincuencia callejera, pero no se cura el enfermo sino que se cronifica.
Hay otra forma de dependencia de opiáceos muy extendida y oculta que entronca con la dependencia de
fármacos: es la dependencia de la codeína, otro derivado opiáceo que está presente en muchos
medicamentos contra la tos y contra el dolor. Muchas personas, sobre todo mujeres amas de casa son consumidoras habituales de este tipo de producto o de otros similares que se pueden comprar en las farmacias. Si se quieren curar tienen que ser también capaces de reconocerlo y pedir ayuda además de no considerar que los adictos son los otros, los de la calle, si no que hay muchas formas de ser adicto, siendo una de las peores la del consumidor solitario y avergonzado escondido en el interior de su casa.

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