domingo, 7 de junio de 2009

Las verdades del barquero

Érase un barquero muy humilde que se vio en el trance de tener que pasar gratis a un estudiante universitario de una a otra orilla del río; llegando al acuerdo de que el viaje sería gratis si el estudiante le decía al barquero tres verdades que le fueran de gran utilidad.

Una vez llegado a la otra orilla del rio, el estudiante le contó estas tres verdades:

Pan duro, duro, más vale duro que ninguno.

Zapato malo, malo, más vale en el pie que no en la mano.

Si a todos les pasas como a mí, dime, barquero ¿que haces aquí?.

Es decir, la verdad última era la que explicaba el escaso sentido del negocio que tenía el barquero. En definitiva, las "tres verdades del barquero" son las del saber pícaro y pragmático, las que se dicen sin excesivos miramientos, a pesar del riesgo de que nuestro interlocutor pueda molestarse por tanta franqueza y sinceridad.

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